Me despierto, con el frío entrante ya del pleno otoño, cuesta más levantarse. Día 57 de cuarentena en Argentina (tuve que googlearlo, ya perdí la cuenta). Me levanto, para prender la compu del laburo y hacer que trabajo un poco. Miro por la ventana, el día no ayuda, está nublado, ni un rayo de sol, el día hoy tiene menos ganas que yo… Ya a esta altura de la cuarentena, me pregunto en qué día esto se nos habrá hecho “normal” o rutinario todo esto.
Todo es rutina, la no rutina cuando la practicás muchos días, se convierte en rutina. Es muy loco, pero es así… La primera vez que noté esto, fue una de las 2 veces que me pude tomar un mes de vacaciones seguidos en el laburo. Empezás las vacaciones, sentís una libertad y felicidad enorme, hasta sentís que tus vacaciones son, practicamente, eterna (sabés que no lo son, pero en ese momento lo sentís). Te vas de vacaciones a un lugar distinto, los primeros días son largos y provechosos. Termina la primera semana y pensás “Hey, ¡recién pasó una semana e hice un montón de cosas! Todavía me quedan 3 semanas, una banda”. La segunda semana ya pasa más rápido, ya te acomodaste a unos horarios determinados, a unos hábitos determinados, a calles determinadas, gente, olores, sonidos. Y así pasan las semanas, cada una más rápida que la anterior. Cuando me di cuenta de la rutina hasta en vacaciones, me amargué. Ahí comprendí y me di cuenta, de que no hay forma alguna de escaparle a la rutina, hagas lo que hagas, la pases bien o mal, todo, a la larga, se convierte en rutina. Y la rutina aburre. Por eso creo, ya estando al día 57 de cuarentena, que algunos la estarán pasando mejor, otros peor, pero creo que a esta altura, todos ya habremos caído en la rutina de la cuarentena. Y lo peor de todo es la incertidumbre… ¿Hasta cuándo vamos a tener que seguir encerrados? ¿Una semana más? ¿Un mes más? ¿¿¿Un… año más???
Y al final, cuando ya terminemos esta cuarentena, que al final la extrañaremos antes de lo que pensamos, volveremos a la rutina de la vida normal. Y será así, los primeros días los llevaremos bien, contentos, reencuentros, más libertad, y en breve volveremos a la rutina, rutina de la cual no podemos escapar.
